Thomas Edison comentó una vez:

El médico del futuro no dará medicamentos, sino que hará que sus pacientes se interesen por cuidar su cuerpo y prevenir las enfermedades.

Para la Medicina Tradicional China esta visión es la base de su concepción de la salud. Tanto así, que en la antigüedad, al médico se le pagaba para tener buena salud, pero en caso de enfermar se le retiraba el honorario, ya no tenía sentido seguirle pagando.

Estas líneas no tienen la intención de contrariar la medicina occidental, simplemente compartir una óptica diferente y comprender el verdadero trasfondo de la práctica de Chi Kung como herramienta preventiva de las enfermedades.

La mayoría de las personas que se acercan a Chi Kung no piensan en meridianos, en puntos energéticos, etc. Disfrutan durante la sesión de sus movimientos y forma de hacer y notan cómo promueve la relajación mental y el bienestar corporal.

Pero detrás de todo ello hay un sentido que me parece interesante ser conocedores de él.

Para la MTC la vitalidad, la energía, el chi, es la base de la salud. Chi-kung es un arte antiguo para desarrollar la energía, sobre todo para la salud, de hecho, en el pasado se le conocía como el arte de la vitalidad y la longevidad.

Somos energía, esto es un hecho, no es una noción mágica. Nuestra medicina occidental declara que todos los procesos que se realizan en las células y los tejidos producen y requieren de la energía para llevarse a cabo. Es la energía la que transmite todos los impulsos que van y vuelven de cada una de las partes de nuestro cuerpo, la que mantiene nuestro equilibrio homeostático (la autorregulación corporal a todos los niveles, incluido el sistema inmunológico), la que regula todas nuestras actividades emocionales y mentales necesarias… una infinidad de tareas inadvertidas pero que nos mantienen vivos. Esto es nuestra energía o fuerza vital.

Esta energía vital procede del aire que respiramos y de los alimentos que ingerimos. Expresado en bellas (poéticas) palabras de la MTC:

  • los pulmones absorben del aire la energía del cielo
  • el estómago absorbe la energía de la tierra que procede de lo que comemos y bebemos
  • el corazón (energía de «fuego»)
  • los riñones (energía de «agua») son necesarios para el proceso de transformación

No sólo el aire y el alimento, sino también los órganos son imprescindibles para una buena obtención y procesamiento de la energía vital. Cuando se produce un desequilibrio de los cuatro tipos de energía (cielo, tierra, fuego o agua) afecta al flujo regular de la energía vital, es decir, al flujo de los impulsos eléctricos a lo largo del sistema nervioso autónomo, repercutiendo así en el sistema de realimentación, derivando en trastornos orgánicos.

El objetivo de Chi Kung, así como el de todas las ramas de la MTC, es recuperar y mantener este equilibrio vital, también denominado equilibrio del yin y el yang. Aunque estos términos engloban muchos aspectos, nos detenemos ahora a lo que se refiere en cuanto a canales de transporte de energía, los meridianos: yin los que transportan los impulsos desde los distintos órganos hacia la mente («corazón»), y el yang, a los que van desde la mente a los distintos órganos.

El Chi Kung es una manera excelente de eliminar los bloqueos energéticos, bloqueos que alteran el funcionamiento regular del sistema nervioso autónomo impidiendo que la energía llegue a donde debería ir de forma natural, provocando o permitiendo el desarrollo de enfermedades infecciosas, orgánicas o psiquiátricas. De tal manera, por ejemplo, esa falta de flujo de la energía vital puede impedir la eliminación de los virus del constipado; un bloqueo de energía en la cabeza puede ocasionar dolor, y desencadenar una migraña, o producir una opresión emocional; un bloqueo energético dentro o entre las células del cuerpo puede producir reumatismo.

Cuando el desequilibrio energético es el origen, eliminado el bloqueo, eliminada la causa y el síntoma. Y he aquí algo importante: eliminada la causa. Está claro que deseamos el bienestar y hay medios rápidos para apaciguar los síntomas, pero de manera paralela podemos tomar interés por nuestra salud y trabajar con nuestro cuerpo para que muchas causan queden eliminadas y con ellas los posteriores síntomas.

El desequilibrio energético puede darse también porque el paciente tenga un nivel precario o excesivo de energía. El principio terapéutico seguiría siendo el mismo: cultivar el equilibrio energético.

No se trata de una concepción mágica, reitero. De forma natural, nuestro cuerpo mantiene la salud y la vitalidad instante tras instante, triunfando en la lucha contra los microbios que lo atacan, reparando el desgaste natural de tejidos y órganos, controlando las facultades mentales y regulando las emociones.

Cierto es que también puede haber factores incontrolables, genéticos, medioambientales, pero no son ellos las causas de todas las enfermedades. Hay una gran cantidad de dolencias donde el cultivo y cuidado del buen funcionamiento de nuestra energía nos reportaría un buen nivel de vitalidad y en consecuencia, de salud y bienestar.

Feliz de poder ofrecerte esta maravillosa práctica, aquí puedes tener más información.

Mercedes Rubio, Instructora certificada de Chi Kung

Fuente: Wong, Kiew Kit (2002), The Complete Book of Chinese Medicine.

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