El estrés nos roba el paso de la vida
Un día como hoy, conmemorativo de los Difuntos, nos resitúa ante la finitud de la vida. Para muchos es un día de recuerdo de seres queridos que fallecieron, y a la vez, un día para ser consciente de cómo el estrés nos roba el paso de la vida.
Además de acortarnos físicamente la vida, como relata Celeste López en su artículo «El estrés acorta la esperanza de vida» no somos conscientes de la que perdemos por nuestra inconsciencia.
La consciencia de la muerte nos pone en contacto con la vida. La pérdida de un ser querido nos vapulea y nos lleva a una reflexión y revisión de la escala de valores y prioridades.
Identifica si el estrés te roba el paso de la vida
Para muchos la vida «murió» hace tiempo aunque físicamente sigan respirando.
Puedes hacer este pequeño test:
- ¿Podría recordar el día de hoy en forma de lista de actividades?
- ¿Cuántos detalles agradables no experimenté?
- ¿Cuántas oportunidades de mejorar mi vida y la de los demás dejé pasar?
- ¿Cuántas preocupaciones, angustias, proyectos ocuparon mi mente sin que yo lo eligiera y me robaron la vida hoy?
- ¿Cuántos pensamientos intrusivos, cuánta dispersión? ¿Qué porcentaje de vida me quitaron hoy?
Al empezar el día qué bueno sería tener presente que el estrés nos roba el paso de la vida y poder plantearnos ¿Cuánta vida voy a experimentar hoy?
Mindfulness te ayuda a ser consciente del paso de la vida
Cada día nos trae momentos de todo: trabajo, aburrimiento, relaciones, soledad, alegría, dolor, planificación. Vivir la vida no es intentar evitar aquello que genera malestar y perseguir lo que produce bienestar. Vivir la vida es tratar de ser consciente de todo, sin resistencia, sin huir, sin aferrarse.
Mindfulness enseña a ejercitar ese «volver a la vida» cada vez que nos dispersamos, que salimos de ella… que “morimos” porque sin decidirlo nos montamos en el tren de los pensamientos, recuerdos, previsiones, de lo que no nos perdonamos, de lo que tememos… En ese viaje la vida pasa y cuando el tren se detiene nos hallamos, en los mejores casos, descolocados, y en los más habituales, en paisajes no deseados donde nuestro clima emocional se ha perturbado.
Y así día tras día queda una huella de insatisfacción que intentamos eludir sumergiéndonos en hábitos que nos distraen y “recompensan”.
Te invito a darte cuenta de todo esto, de que el estrés roba la vida y sin necesitar el trauma de la muerte de un ser querido decidas vivir y empieces a practicar Mindfulness en más momentos y con menos esfuerzo. Y de esta manera el porcentaje de vida empieza a crecer y con ella la serenidad y poco a poco recuperas tu humanidad.
Con mis mejores deseos
Y recuerda: Detente. Respira. Observa.