¿Qué es el miedo?
El miedo no es malo en sí mismo, es una emoción que nos ayuda a la supervivencia. Nos alerta ante una situación dañina y así poder anticiparnos para defendernos, escapar o mantenernos inmóviles.
El miedo está programado en la naturaleza de todos los seres vivos como un recurso para percibir el peligro y así poder enfrentarnos a él con el beneficio que da percibirlo con antelación.
Real o magnificado, la vivencia subjetiva es real
Cuando experimentamos miedo hay un balance interior entre grado de amenaza y recursos propios para hacerle frente.
Es evidente el resultado de la “ecuación”.
Pero podemos dar un paso un poco más atrás y analizar cuán objetiva es la valoración que hacemos de la amenaza, es decir, cuánto hay de peligro real, cuánto atribuido o incluso imaginado.
Cualquiera que sea su naturaleza, descubrirla será una ventaja
Si es real, el nivel de miedo nos está avisando de que debemos tomar medidas (por ejemplo temo el maltrato de una persona), y en el caso atribuido (por cuestiones culturales) o imaginado (proyecciones catastrofistas) es importante detenerse a analizarlo.
Además, como seres que somos con muchas necesidades (comer, vestir, vivienda, descanso, acceso al sistema de salud, comunicación, respeto, afecto, libertad…) estamos impulsados a conseguir cubrirlas y ello implica miedo a no lograrlo, y si lo hemos logrado, miedo a perderlo.
Y añadido al miedo a la vida, podemos sumar el miedo a la muerte.
Dos trabajos a realizar
De forma paralela a esa reflexión para indagar cuán objetiva es nuestra valoración que genera miedo, aprendamos a manejar el miedo.
Para ello sólo hay un camino: enfrentarlo.
Temerlo y rechazarlo sólo lo intensifica. Es necesario ser plenamente consciente de cómo es la experiencia propia.
Mindfulness, una vía que nos ayuda a enfrentarnos y a gestionar el miedo
Con Mindfulness aprendemos a abrir un espacio donde poder asistir a la experiencia del miedo sin huir de ella, para así poder observar cuáles son sus características.
La práctica de Mindfulness nos invita a poder experimentar sin distorsión la emoción misma, en un entorno de seguridad, y poder llegar a:
- Identificar los diferentes aspectos que componen nuestra experiencia del miedo
- Quitar las “capas evitables”
- Aprender a convivir con esa experiencia desagradable sin que nos secuestre, sin que nos domine.
No es un camino fácil, pues hay que vencer el rechazo que conlleva confrontarse con lo temido, pero es una vía que lo hace posible. Desde Silencio Mindfulness te ofrezco diversas formas de trabajo tanto a nivel individual como en grupo.
A tu disposición, con mis mejores deseos de bienestar y serenidad,
Mercedes Rubio
Silencio Mindfulness
Tu centro de bienestar y control del estrés
En Soria y online